Un poco de historia de la Bandera Cruz Borgoña o Cruz de San Andres en Satén
Es una de las piezas más importantes en la historia de la bandera de España. Tras el matrimonio de Doña Juana, hija de los Reyes Católicos, con el Archiduque de Austria, Don Felipe "el Hermoso", se introdujo en las banderas españolas una pieza que, aunque de origen en parte extranjero, pues había sido utilizada por algunas milicias del norte de España, se convertiría más tarde en el símbolo hispano por antonomasia, pasando a tomar carácter secundario el color del paño donde será bordada: nos referimos a la "Cruz de San Andrés" o patronazgo de San Andrés, y lo traía bordado en sus banderas cuando vino a encontrarse con el Rey de Aragón y Regente de Castilla D. Fernando en El Remesal, Burgos. Felipe I "el Hermoso", en su efímero matrimonio con la Reina Juana I de Castilla, introdujo el signo distintivo de la casa de su madre, María de Borgoña, el aspa de Borgoña, que consiste en dos troncos de árbol desprovistos de sus ramas y cruzados en aspa. Simboliza la cruz que se usó para el martirio de San Andrés, teñida con su sangre por lo que casi siempre se representan en rojo o carmesí. Este símbolo, de gran trascendencia, se llevó desde principios del siglo XVI prácticamente hasta 1931 en que la Segunda República lo demolió.
Desde 1971 figura en el guión del Príncipe de Asturias y desde 1975 en el de S.M. el Rey Don Juan Carlos I. Fue seña de nuestra identidad durante más de 300 años, usada por la Marina de España a principios del siglo XVI, representa la Casa de Austria desde Felipe I hasta Carlos II, y se vio representada en todas las banderas de Infantería y en la mayor parte de los estandartes de Caballería. Al principio el aspa se extiende de parte a parte de la bandera y es lisa, después aparecen múltiples nudos y en ocasiones se suavizan los rasgos que se trazan con líneas, finalmente, se limita la extensión de los vastos que no alcanzarán los bordes de la tela. Se incorporó como divisa en los uniformes de los Arqueros de Borgoña y más tarde a todo el ejército, pintado sobre los vestidos para distinguirse en los combates, pues en aquella época no existían aún los uniformes y los soldados vestían trajes civiles militarizados con petos protectores. Luego pasa a las banderas que, hasta nuestros días, llevarán los soldados de España.